Las instalaciones aisladas son zonas donde no llega la red eléctrica o donde poder conectarse tiene un alto coste económico. Por ello se intenta buscar una solución sostenible y más económica, una de estas soluciones podría ser la energía solar, ya que es una energía limpia y barata.

Lo que hace la energía solar es captar la energía que irradia el sol y convertirla en luz eléctrica, que posteriormente es capaz de almacenar en unos acumuladores denominados baterías.

Una instalación aislada fotovoltaica se encuentra compuesta por los siguientes elementos:

módulos solares, inversor, regulador, baterías y un sistema de monitorización que puede ser opcional.

Componentes de una instalación aislada fotovoltaica:

Módulos solares: los módulos o placas son los encargados de captar la radiación del sol y a través de las células que lo componen convertirlas en luz eléctrica continua.

Regulador: este aparato es el que regula la cantidad de carga que entra al sistema

Baterías: son las encargadas de acumular la energía excedente y así poder utilizarla en los casos cuando la energía es insuficiente, por ejemplo, en días de lluvia, nublados…

Equipo de monitorización: este equipo lo que hace es configurar todos los parámetros de la instalación, es decir a través de este sistema podemos ver lo que estamos consumiendo, la carga que hay, etc.